Que le vamos a hacer, si ya te quise...
Mi piel se descascara
ante las manzanas prohibidas,
los soles del frío se acurrucan
en el amanecer de la muerte...
Y mientras mi banca espera la cubras
de besos, pinto tu rostro entre mis cejas,
cubro de semillas el no saber de ti...
II
Te lo decía antes:
los recuerdos son lugares que se vuelven mujeres,
que se vuelven lugares.
Y por esa relación, uno va guardando en el interior
lugares luminosos y lugares coloridos.
O esos otros que, por abundantes,
se piensan a cuentagotas: los tristes, los amargos;
los que se sienten en la boca del estómago
a manera de melancolía y duelen tanto
que a veces espantan.
ante las manzanas prohibidas,
los soles del frío se acurrucan
en el amanecer de la muerte...
Y mientras mi banca espera la cubras
de besos, pinto tu rostro entre mis cejas,
cubro de semillas el no saber de ti...
II
Te lo decía antes:
los recuerdos son lugares que se vuelven mujeres,
que se vuelven lugares.
Y por esa relación, uno va guardando en el interior
lugares luminosos y lugares coloridos.
O esos otros que, por abundantes,
se piensan a cuentagotas: los tristes, los amargos;
los que se sienten en la boca del estómago
a manera de melancolía y duelen tanto
que a veces espantan.
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